Comencemos citando brevemente la propuesta innatatista de Chomsky; ésta teoría plantea que las personas poseen un dispositivo de adquisición del lenguaje (DAL) que programa el cerebro para analizar el lenguaje escuchado y descifrar sus reglas (Papalia, D. 2001).
La formulación que Chomsky le da a la competencia se basa principalmente en el campo lingüístico, en donde lo propone como algo innato en el ser humano; que esta genéticamente predispuesto para llevar a cabo el aprendizaje de una lengua. Por esto no queremos decir que los niños sepan hablar desde el momento que nacen, sino que están dispuestos a aprender, decodificar y reestructurar desde su particularidad un sistema gramatical, por este lado podemos definir este conocimiento abstracto o innato como la forma que adopta el niño el lenguaje y su forma particular de dar respuesta o entonación a ciertas palabras; de allí podríamos aludir a que la teoría innatista de Chomsky, da, entonces, una mayor relevancia a la capacidad creadora de la estructura mental que posee el ser humano y al rol activo de quien aprende, contraponiéndose totalmente a la teoría conductista; sin querer decir que deja por fuera la experiencia o la instrucción que recibe el niño de sus mayores(como muchos críticos señalan) ya que Chomsky ha puntualizado que sin estimulación lingüística, no es posible el lenguaje e incluso incorporó la expresión INPUT entendida como la estimulación que recibe el niño cuando está adquiriendo su lengua materna.
Según la perspectiva que plantea Chomsky con respecto a la “competencia” es incorrecto usar este termino en el aprendizaje de una segunda lengua, ya que “competencia lingüística” se refiere al dominio que un hablante tiene de su propia lengua, la materna.